La Alpujarra |
Precisa definición de los límites de La Alpujarra.
por
Francisco Alcázar.
Esta
Revista, que con tanto acierto como ilusión mantienen viva algunos
paisanos, nos invita a opinar sobre los límites de la Alpujarra. Se
supone que todos tenemos una idea de dónde comienza o dónde termina
nuestra comarca; bueno, más o menos. Cuando hay que concretar surge
la duda. De ahí la pertinencia de la pregunta.
Lo
que sí sabemos es que todo en esta vida tiene un límite; hasta la
provincia de Badajoz decía Jardiel Poncela. Albert Einstein llegó a
la conclusión de que sólo existen dos realidades infinitas, sin
límites: el Universo y la estupidez humana, y parece que sólo
aplicaba sin reservas esta opinión a la última. (Supongo que no
todo lo que se le atribuye al genial científico será suyo, en cuyo
caso no hubiera tenido tiempo de formular la Teoría de la
Relatividad).
Pero
volvamos a lo nuestro. De la lectura de algunos tratados, se llega a
la conclusión de que la palabra Alpujarra es un topónimo de origen
árabe, con variadas interpretaciones, o tal vez ibérico. O sea, que
no se llega a ninguna conclusión. Todo conjeturas. Tampoco están
claramente marcados sus límites que, por la propia definición del
vocablo comarca,
no se precisan.
En
mi infancia participé en un trabajo escolar sobre la Alpujarra, mapa
incluido, para un concurso que patrocinaba el casino del pueblo,
Cádiar. No sé qué libros y atlas consultamos. Entonces no podíamos
sospechar que estaba cercana la avasalladora irrupción del homo
internéticus.
De aquel trabajo primerizo recuerdo dos cosas. Primera, que la costa
alpujarreña se extendía desde el Cabo Sacratif, a la salida de
Torrenueva (Motril), hasta Punta Entinas, pasada la urbanización de
Almerimar (El Ejido). Y segunda, que no hubo ganadores: se repartió
el premio entre las tres escuelas de niños para intentar contentar a
los maestros.
Al
final de la época musulmana la Alpujarra se dividía en tahás,
cuyo número e incluso denominación difiere según el autor que se
consulte. De un mapa elaborado por P. Cressier tomo esta relación:
Órgiva, Poqueira, Ferreira, Jubiles, Ugíjar, Andarax, Lúchar,
Marchena y Alboloduy en la falda de Sierra Nevada; Suhayl, Cehel,
Berja, Dalías y Almejíjar con salida al mar Mediterráneo; en total
14. Posteriormente, año 1833, como consecuencia de la
reorganización territorial del Reino de España en provincias, la
Alpujarra quedó repartida en dos zonas, la granadina y la
almeriense.
Esta
tierra abrupta, de llamativos contrastes, poblada de vericuetos y
rincones acogedores, se extiende rectangularmente de Levante a
Poniente. Dos accidentes naturales la dibujan: las cumbres de Sierra
Nevada al norte y la costa del Mediterráneo al sur. Los flancos
extremos muestran un perfil menos definido, ambos con un itinerario
similar. El occidental baja de la Sierra por Lanjarón (puente de
Tablate), continúa por el río Ízbor hasta su encuentro con el
Gualdafeo en la presa de Rules. Aquí gira levemente a la izquierda,
corona la Sierra de Lujar buscando los municipios de Lújar y
Gualchos para terminar en Castell de Ferro. El oriental baja de la
Sierra por Alboloduy, continúa por el río Nacimiento hasta su
encuentro con el Andarax, cerca de Alhabia y Terque, Pasa por Alhama
y asciende la sierra de Gádor buscando los municipios de Enix,
Vícar y Puebla de Vícar. Finaliza en Roquetas de Mar.
La
única línea oficialmente sancionada es la que marca las provincias
de Granada y Almería. El único límite claramente definido que hay
en la Alpujarra no la delimita sino que la divide. ¡Vaya por Dios!
Una línea que parte arbitrariamente en dos la Alpujarra y que
entorpece más que aclara la comprensión de nuestra comarca. No dudo
de la buena intención y sensatas razones que llevaron a los
políticos de la época isabelina, entre ellos el motrileño Javier
de Burgos, a organizar el Reino de España en provincias con partidos
judiciales, pero creo que fue una mala decisión para la comarca.
Citaré
un ejemplo de los muchos que podrían reseñarse y que prolongarían
en exceso este escrito. Si consultamos las noticias que se refieren a
la Alpujarra en el periódico Ideal, veremos la diferencia entre leer
la edición de Granada o la de Almería. Cada una habla de “su”
Alpujarra: a la otra se le da escaso desarrollo, o directamente se la
ignora. Y me refiero a una publicación muy popular que compran
nuestros paisanos por tradición, que leen personas de diferentes
credos, encontradas ideas o distintas profesiones.
No
es hora de lamentaciones. Es mejor llevarlo con paciencia y
resignación. Y evitar en lo posible tomar la parte por el todo.
Cuando no haya más remedio, diremos a qué parte de la Alpujarra nos
referimos, la granadina o la almeriense. Iniciativas como La Casa de
la Alpujarra y los Festivales de Música Tradicional de La Alpujarra
(y otras que el lector avisado conozca) ayudan a paliar el problema.
Gerald
Brenan, y con esto finalizo y dejo en paz al lector, publicó un
libro sobre la Alpujarra que se hizo muy popular. Un título
sugestivo, acorde al contenido de la obra: Al
sur de Granada.
El peligro radica en que muchos lectores, de manera inconsciente,
relacionan Granada y Alpujarra, quedando Almería en el olvido.
Ligeramente modificado, este rótulo describe de forma escueta la
situación y límites de la Alpujarra, de toda la Alpujarra. Una
definición fácil de retener y asombrosamente precisa: Al
sur de Sierra Nevada.
-¿Pues
sabe lo que le digo? Que para llegar a esa conclusión no se
necesitaban unas alforjas repletas de las anteriores divagaciones,
citas de autores famosos y anécdotas personales que a nadie
interesan.
-Lleva
usted toda la razón, mi querido y sufrido paisano. Pero… qué
quiere que le diga: le ponen a uno el palito de la Alpujarra y a ver
el guapo que le impide dar el salto. Cuanto más lejos tienes la
Alpujarra, tanto más cerca, más dentro la sientes.