Siempre me ha parecido la vida algo efímero. Hasta las cosas mas imborrables tienen una duración, como aquellas que no dejan huella o ni siquiera suceden. Si estamos prevenidos las anotamos, grabamos o filmamos y nos llenamos de recuerdos e incluso tratamos de sustituir lo ocurrido por lo registrado, que sólo es una versión de la realidad, y como poco siempre habremos perdido el tiempo en que las cosas acontecieron de veras; y mientras tratamos de revivirlo o reproducirlo e impedir que sea pasado, otro tiempo distinto estará aconteciendo que estaremos dejando pasar sin actuar porque estamos mirando a otro ya pasado, intentando alargarlo o que regrese lo que ya pasó. Así lo que vemos y oímos acaba por solaparse a lo que vimos y oímos en un amalgama o confusión de momentos vividos que, después, nuestra mente amasará a su antojo. Es sólo cuestión de tiempo.
Yo a veces tengo la sensación de que nada de lo que sucede sucede, porque nada sucede sin la interrupción de otros sucesos, nada perdura sin interferencias, nada persevera en el recuerdo incesantemente, y hasta lo más nimio, lo más monótono y rutinario de lo vivido se va con el tiempo, anulando y negando hasta que nada es nada y que nadie es nadie que antes fuera, y la blanda pelota de la vida rueda por la pendiente de la desmemoria que cree oír, ver y saber lo que no se dice, ni tiene lugar, y, mucho menos, se puede comprobar. Así lo que no se da es idéntico a lo que se da, lo que imaginamos idéntico a lo que vivimos, lo que dejamos pasar idéntico a lo que tomamos, y sin embargo nos va la vida y se nos va la vida en escoger y en rechazar, en hacer que nuestra vida sea una vida diferente a las demás, en tener una historia que, contada, sea nuestra historia, distinta a otras historias tan parecidas. Tratando de ahuyentar nuestras dudas nos afanamos en discernir lo que está bien o cómo podemos conducirlo al bien, y por eso estamos llenos de arrepentimientos y de ocasiones perdidas que nos hemos saltado por miedo a equivocarnos, de ocasiones aprovechadas.., pero perdidas o aprovechadas ¿para qué?, según lo miremos, pues la vida no tiene un sentido unívoco. Lo cierto es que nada se consolida. Todo, con el tiempo, se va perdiendo, hasta la vida misma. Tal vez nunca hubo nada, ni siquiera vida.
Quizá mi mundo es solo una ilusión, un sueño. Yo sueño que estoy aquí, navegando por un mar de dudas, luchando entre la elección consciente y la caprichosa determinación de la vida. Sobretodo sueño que amo y me aman. Como sueño ya es bastante, como mundo en el que tal vez me halle hay que vivirlo.
Yo a veces tengo la sensación de que nada de lo que sucede sucede, porque nada sucede sin la interrupción de otros sucesos, nada perdura sin interferencias, nada persevera en el recuerdo incesantemente, y hasta lo más nimio, lo más monótono y rutinario de lo vivido se va con el tiempo, anulando y negando hasta que nada es nada y que nadie es nadie que antes fuera, y la blanda pelota de la vida rueda por la pendiente de la desmemoria que cree oír, ver y saber lo que no se dice, ni tiene lugar, y, mucho menos, se puede comprobar. Así lo que no se da es idéntico a lo que se da, lo que imaginamos idéntico a lo que vivimos, lo que dejamos pasar idéntico a lo que tomamos, y sin embargo nos va la vida y se nos va la vida en escoger y en rechazar, en hacer que nuestra vida sea una vida diferente a las demás, en tener una historia que, contada, sea nuestra historia, distinta a otras historias tan parecidas. Tratando de ahuyentar nuestras dudas nos afanamos en discernir lo que está bien o cómo podemos conducirlo al bien, y por eso estamos llenos de arrepentimientos y de ocasiones perdidas que nos hemos saltado por miedo a equivocarnos, de ocasiones aprovechadas.., pero perdidas o aprovechadas ¿para qué?, según lo miremos, pues la vida no tiene un sentido unívoco. Lo cierto es que nada se consolida. Todo, con el tiempo, se va perdiendo, hasta la vida misma. Tal vez nunca hubo nada, ni siquiera vida.
Quizá mi mundo es solo una ilusión, un sueño. Yo sueño que estoy aquí, navegando por un mar de dudas, luchando entre la elección consciente y la caprichosa determinación de la vida. Sobretodo sueño que amo y me aman. Como sueño ya es bastante, como mundo en el que tal vez me halle hay que vivirlo.
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